El término pima designa al grupo étnico y lingüístico que habita en la Sierra Madre Occidental donde colindan el sureste de Sonora y el suroeste de Chihuahua. La frase pi'ma significa "no hay, "no existe", "no tengo", o probablemente "no entiendo", vocablo con el que los indígenas respondían a los españoles cuando les preguntaban algo. Fueron éstos quienes los llamaron con la forma castellanizada de ese término que implica negación.
La lengua pima pertenece al tronco yuto-azteca, compuesto por los subgrupos Taracahíta (cora-huichol), nahua y la rama pima o pimana.
Los pimas se nombran a sí mismos o'ob, que significa "la gente", "el pueblo". Con el término pima se designa a un conjunto muy variado de sociedades indígenas, como los pimas del desierto, los pimas de la sierra, o los pimas gileños.
Los o’ob ocupaban un amplio territorio de la Sierra Madre Occidental, antes del arribo de los primeros españoles. Cuando éstos llegaron a la zona serrana, encontraron a varios grupos que hablaban lenguas muy parecidas, aun cuando presentaban diferencias considerables en su cultura material. Se llamó la Pimería a todo el vasto territorio en el que residían estos grupos y posteriormente, considerando las diferencias geográficas, ecológicas y culturales de la región, la distinguieron como Pimería Alta y Pimería Baja.
Los o’ob, antes de la conquista, se dividían en 3 grupos: los ures, los nebomes y los yécoras. Los dos primeros ya han desaparecido como grupos étnicos, y los yécoras, que aún conservan algún rasgo cultural propio, habitan de manera dispersa en la Sierra Madre Occidental, al sureste de Sonora en un territorio abrupto y elevado al este de la cabecera municipal de Yécora. Su asentamiento principal es Maycoba, el cual comparten con la población mestiza.
Antiguamente las mujeres pimas hacían ollas, productos de palma y prendas tejidas con lana, actividad que siguen realizando y que han logrado perfeccionar. Los pimas elaboran productos de fibras vegetales como sombreros, petates, “petacas”, o cestos rectangulares con tapadera para guardar todo tipo de cosas.
El cristianismo enseñado por los misioneros tuvo que adaptarse a la lengua y a la mentalidad nativa. Además, los diversos grupos indígenas agregaron a los ritos y ceremonias de los misioneros partes substanciales de sus propias estructuras religiosas y rituales, proceso en que los pimas terminaron por aceptar a San Francisco como su Santo Patrón. Los conflictos entre indígenas y no indígenas, además de otras manifestaciones mucho menos simbólicas, aparecen dramatizados en las celebraciones y fiestas del lugar.
Bibliografía:
http://www.sonoraturismo.gob.mx/
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