sábado, 5 de junio de 2010

Seris

Los Seris se llaman a si mismos conca’ac, lo cual quiere decir en su lengua “La gente”. El término seri significa “el que de veras corre aprisa” en lengua opata y “hombres de la arena” en yaqui.

La lengua de los conca’ac forma parte de la familia o estirpe hokano al que también pertenece el coahuilteco (noroeste México) y el tlapaneco. Según otros especialistas el seri pertenece al grupo yumano de la familia sioux-hokana.

Los seri o conca´ac ocupan desde tiempos arcaicos la costa central de Sonora, la isla del Tiburón y otras islas como San Esteban. Actualmente habitan dos lugares de la costa desértica del estado de Sonora: Desemboque y Punta Chueca. La primera corresponde al municipio de Pitiquito y la segunda al municipio de Hermosillo. Ambas frente a la isla del Tiburón. Periódicamente y, de acuerdo con los ciclos de pesca, radican también en diversos campamentos pesqueros distribuidos a lo largo de su territorio de aproximadamente 100 kilómetros de litoral. Algunos de estos campos son El Sargento, Egipto, Paredones, La Ona, Las Víboras y El Tecomate, que se encuentra en la Isla del Tiburón. El territorio conca’ac comprende un área aproximada de 210,000 hectáreas.

Durante su vida nómada, el grupo conca'ac construía sus viviendas en forma provisoria. Sus chozas se agrupaban en pequeños núcleos, constituyendo el centro de sus actividades la pesca y caza; cuando se agotaban los recursos naturales del área cambiaban su lugar de residencia. Las viviendas eran construidas informalmente y de manera colectiva, armaban un esqueleto de tres o cuatro arcos de ocotillo sin espinas, el cual cubrían con ramas y caparazones de tortuga. Otra forma de construirlas era a partir del centro de la pitahaya; cada palo se rajaba en dos partes y se acomodaba encontrado uno con otro, enjarrándose posteriormente con lodo. Estas viviendas sólo servían al grupo para protegerlo temporalmente de las inclemencias climáticas. Actualmente comienzan a habitar en casas de materiales modernos (madera, block de cemento, lámina, entre otros).

La elaboración de artesanías, para el mercado turístico es una actividad económica importante en la actualidad. Los hombres seris han aprendido el tallado en madera. Confeccionan esculturas estilizadas que representan animales marinos y terrestres hechas con corazón de mezquite y palo-fierro con alta demanda en el mercado.

También elaboran coritas (canastas), una actividad que se practica desde la época prehispánica. Sus formas tradicionales son globulares o extendidas; su producción es muy laboriosa, ya que exige una gran inversión de tiempo que varía entre un mes, si es pequeña, hasta uno o dos años si es muy grande. Cuando se termina una de estas piezas se hace una ceremonia especial. Debido al elevado costo de las coritas son compradas principalmente por extranjeros.

Los collares son de variados e innovadores diseños, se elaboran con caracoles, conchas, vértebras de víbora de cascabel y de pescado, semillas y, últimamente, también con chaquira.

Según la filosofía seri, si ellos tocan un objeto, su esencia se les transmite, convirtiéndose en su pertenencia, por lo cual no lo desecha como basura.

Los seris no desarrollaron un sistema de gobierno religioso-festivo muy complejo. Su interpretación del mundo, sus ritos, sus fiestas y demás manifestaciones culturales tienen un carácter estrechamente relacionado con la naturaleza y con los aspectos biológicos y sociales de la reproducción del grupo.

Así, sus principales ritos están vinculados con el nacimiento, con el inicio de la pubertad y con la muerte; sus canciones y relatos giran en torno al mar, los tiburones, las zorras y las antiguas hazañas de héroes y guerreros. También tienen un maquillaje para diferentes momentos dentro de sus fiestas que duran cuatro días con sus noches. La pintura facial Conca´ac es un exquisito diseño de líneas delgadas, rematadas por puntitos en el rostro humano. El dibujo cruza la cara sobre las mejillas y la nariz, pasando por debajo de los ojos. Los colores son rojo (que significa la muerte), el blanco (la suerte) y el azul (el mar).

Al no haber sido evangelizados formalmente, carecen de los elementos católicos que se encuentran en otros grupos indígenas.

Bibliografía:

http://www.sonoraturismo.gob.mx/

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